martes, 26 de noviembre de 2013

La inseguridad y la colonización del sentido



El tema de la inseguridad se ha instalado como un fenómeno amenazante y disruptivo para el manejo de una sociedad. Todo político que se quiera enfrentar a tomar las riendas de este país no puede perder de vista la preponderancia de este tema, porque se lo van a estar recordando tanto la gente como los medios de comunicación que no adhieran demasiado a sus políticas de conducción. Esta noción de amenaza por Otro desconocido va a cobrar vida, primero desde los medios de comunicación y luego por la circulación que eso tenga desde los consumidores de esos medios. Cabe aclarar, igual, que esto no implica que el televidente sea anestesiado o puesto a los órdenes de la pantalla catódica, pero sí y de eso no va a ser muy fácil escapar, va a formar parte de un grupo selector de lo que va a escuchar y de lo que va a elegir como tema importante en su vida.
La construcción de un ser amenazante va a poder ser posible mediante las tipificaciones que imponga ese medio o grupo de medios, sobre la persona que va a ser propensa a delinquir o desregular la armonía. Esto significa que para que sea loable el objeto informativo del cual se va a hacer hincapié es preciso que comprenda una serie de características que van a terminar de cerrarse por el televidente, cuando hable de estos temas en cualquier ámbito de su vida cotidiana. Pues entonces este tipo de interpretación mentada en la división de lo que sería la civilización y la barbarie, asume un rol central a la hora de las interrelaciones de las personas, porque hay una moral previa construida desde el manejo y manipulación de prejuicios que se fabrican desde el medio o el discurso.
“Son interpretaciones ancladas en matrices culturales cuyos orígenes cruzan los planos de la tradición y la modernidad, la religión y la ley, los de la historia y las memorias sociales, cuyos recorridos se organizan durante la constitución del estado liberal moderno y el aporte de la primera criminología. Sus sentidos, relacionados con los diferentes momentos de nuestra historia política, se construyeron y siguen construyendo desviando la discusión de problemas estructurales, resumiendo en el delito todas las violencias y simplificando la cuestión con la vieja fórmula del mal contra el bien. Triunfando en la lucha moderna sobre el sentido del orden y la ley en las sociedades liberal, la explicación facilista sobre causas, efectos y políticas de y sobre el delito y sus relaciones con la sociedad responde brevemente al antagonismo civilización y barbarie”.

La mediación de la inseguridad desde el discurso que lo informa lo puede traer a la realidad de diferentes maneras. Lo que sucede con este tema es que tiene un fuerte componente para las personas que habitan este país: todos han vivido un episodio de robo. El tema, y esto me parece el punto central, siempre va a ser cual es el grado de amenaza o consecuencia que ese hecho va a tener ¿el grado de violencia con el cual se ejercen este tipo de acciones, se condice con el discurso mediático? ¿El mayor índice de homicidios es por el delito a la propiedad? Este tipo de interrogantes se van a poner en  juego, porque son temas que nunca hay que dejar de preguntarse cuando se trata de información que se produce por gente que esta cumpliendo con una tarea y no puede abstraerse de los planos de la subjetividad. Al principio del párrafo nombré un concepto como el de mediación y esto es central cuando se trata de la mediatización de un tema en la sociedad.  El discurso que se va a producir desde un medio va estar materializado desde la mediación que trabaje para formarlo, esto significa que este proceso es ideológico y forma una inteligibilidad del mundo, anclando la producción y los efectos de sentido de forma histórica y cultural, pautando una configuración de los sistemas a interpretar. Entonces la inseguridad se convertiría en una definición producida por distintos actores, con distintas intenciones informativas.
Desde el punto en el que hablamos de una estructura ideológica, quien ejecute ese discurso no va a quedar libre del acento valotarivo que le va otorgar a ese tema. El orden de prioridades, personajes y acciones, como dije anteriormente, van a estar mediados para luego convertirse en un objeto interpretante dentro de los discursos sociales y así ser mediatizado para formar parte de una agenda informativa.

Agenda setting

Continuando con un compendio de diferentes maneras de crear un objeto comunicativo, ahora vamos poner énfasis en el término de agenda de noticias(o agenda setting). El consumidor de medios a raíz de lo que nos infiere la hipótesis de la agenda setting, según el texto de Mauro Wolf, hay una tendencia a incluir, excluir, enfatizar o pasar por alto, lo que los medios de comunicación incluyen o excluyen de lo que se considera como contenido informativo. De esta manera la prensa pueda llegar a conseguir no el dominio de la verdad pero si de que temas puede hablar el lector o televidente, en sus días cotidianos. En una primera aproximación a esto podemos decir que logran liderar el conocimiento y la representación de ese conocimiento en la realidad social. Dentro de esta lógica podemos mencionar que: se estaría operando sobre el nivel cognoscitivo en las fases de producción y los criterios de importancia que estos temas deben tener, cuando son absorbidos y se hacen propios.

El término de inseguridad esta construido como un mito y para el sentido común, es tal como se lo vienen desarrollando a lo largo de la historia: roban los pobres, los drogadictos, etc. ¿Cómo es la inseguridad? Violenta, marginada de los políticos y cada vez va más en aumento. Con el término mito me refiero a un concepto que desarrolla Roland Barthes en su libro Mitologías: y va a poner en cuestión al mito como un robo en el lenguaje. Esto me parece importante porque la palabra inseguridad tiene una carga y viene interpelada a fuerza de un robo que coloniza el sentido común  y nos propone pensarla, por ejemplo,  desde las imágenes que describí anteriormente. El término, entonces, fue apoderado por una estructura ideológica que a través de la naturalización y la incorporación de significado le dio un valor propiamente posible dentro de su mito.
“¿Que es lo especifico del mito? Es transformar un sentido en forma. Dicho de otro modo, el mito es siempre un robo de lenguaje”, dice Barthes.
Este tipo de operaciones siempre van a estar vigentes dentro de la cultura porque es el terreno donde se va a disputar la obtención de la significación y la construcción del sentido. En este tipo de disputas Antonio Gramsci, dejó muy en claro cual es el predominio que la derecha realizo cuando Italia vivía en un marco totalitario, como fue el fascismo de Benito Mussolini. La apropiación del sentido, va a decir Gramsci, es una violencia simbólica donde no va a intervenir la violencia física sino que lo que va a prevalecer en esta forma de dominación va a ser la apropiación del terreno de la conciencia: a eso lo va a llamar o identificar como “hegemonía”.
Llevando este marco teórico a la mediatización de los temas informativos en la sociedad, podemos encontrarle un lugar significativo a la inseguridad. Pues, la irrupción del miedo y el descreimiento entre las personas, a raíz de este tema no van a cumplir una función inocente y de alerta, sino que va a formar parte de una estrategia comunicacional para traer consigo una nueva forma de imponer la ley y el orden. Con esto podemos reconocer algunos conceptos que hasta hace muy poco fueron materia de discusión en los medios de comunicación argentinos: pena de muerte o la construcción de muros que separen la zona urbana de los barrios carenciados, como se supo hacer en Tigre de la mano de Sergio Massa.
Para cerrar cabe destacar que más allá de que los ciudadanos forman parte una sociedad informada y utilizan esa arma para poder protestar o reclamar por el ajuste de ciertas cosas, hay un punto de solución para el tema de la inseguridad que no deja de coincidir con los provenientes de las líneas de los medios: más cárceles y más policías. Las alternativas ni siquiera pueden salirse del mundo mediado. Hay una repetición constante de esos ejes como soluciones pero no se piensa en la profundidad de las situaciones o por qué se llegó hasta acá, en tal caso. Los temas ya vienen resueltos desde el medio y solo se espera que el ciudadano lo reproduzca para que pueda, entonces, liderar lo que se conformaría como: las noticias y sus flamantes soluciones.
De esto no quedan atrás lo negocios paralelos que se pueden pergeñar a raíz de esta “ola” de bárbaros que no te permiten salir a la calle: Alarmas, barrios cerrados, contrataciones de seguros y cámaras de seguridad.



Bibliografía

- Stella Martini/ Marcelo Pereyra (2009), La irrupción del delito en la vida cotidiana. Relatos de la comunicación política, Buenos Aires, Biblos.
- Roland Barthes (2003), Mitologías, Buenos Aires,  Siglo veintiuno.
- Mauro Wolf, La investigación de la comunicación de masas. Crítica y perspectiva, Paidós, España 1987.

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