lunes, 4 de junio de 2012

La vecina


Golpearon la puerta de mi casa a los gritos. Cuando abrí, para lanzar una puteada a este loco de los golpes, me encontré con mi vecina, desesperada, que  buscaba a su hijo. Hacía más de dos horas que no volvía a su casa. A pesar de toda mi repulsión para con ella, en ese momento me puse en sus zapatos y decidí ayudarla. En verdad se veía mal. Ambos, entonces, empezamos a pensar, donde podría estar su hijo.  Caminamos por el vecindario, preguntando a los vecinos y a sus amigos, si no lo habían visto y lo más cercano que nos dijeron, fue que lo habían visto por la zona donde paran los transas[1]. Esto nos lo dijo un amigo que había estado a primera mañana con él, porque se habían rateado del colegio. Mi vecina, al escuchar esto, contrajo su cuerpo y comenzó a temblar, casi paralizada por lo que había escuchado. Al principio, me costo bastante que se calmara, pero no tuve más remedio que abrazarla y darle unas palabras alentadoras.
El niño estaba perdido y su padre sabía de esto pero seguía liquidando su sueldo en el bar. Su madre, abatida por la situación, había golpeado mi puerta y ya no, para pedirme que dejara de hacer ruido cuando llevaba chicas a mi departamento. La situación se consignaba bastante calamitosa, estaba en el medio de un quilombo que no podía mirar de reojo. Lo único que se me ocurría hasta el momento, era que ese chico estaba secuestrado. Pero no me animaba a decirle esto a la madre, porque seria el mentor de una muerte, no deseada en este momento. La cosa no estaba, para agregar cosas más turbias. Entre tanto dolor de cabeza, por todo lo que habíamos caminado bajo el sol, acompañé a mi vecina hasta la casa y cuando logre que se estabilizara, me fui para el bar “El gran sorbo”. Me senté despavorido, sabía que tenia que ayudar a esa señora a encontrar a su hijo, era todo lo que le quedaba; - pobre mujer, la puta madre – dije, golpeando la mesa. El mozo, que casi era como un hermano, me vio un poco ofuscado y se sentó conmigo…
- mmmm, vos no sos así, Hermindo ¿Qué te pasa? – preguntó el mozo, sirviéndose un chorro de soda.
- Vos podes creer, que hoy me levanté temprano para ir a comprar el diario y me empezaron a golpear la puerta desesperadamente. ¡Me pegue un cagazo terrible! Cuando abrí, me encontré a mi vecina envuelta en llantos, preguntándome sino había visto a su hijo. No sabía como contener a esa mujer, mira que la detesto pero verla así me hizo mierda.
- ¿Y que pensas hacer?
- La estoy tratando de ayudar a buscar a su hijo. Recién la acompañe hasta su casa, esta destruida esa mujer.
- Tene cuidado. Vos, te metes en cada una
No entendía porque estaba metido en esto. Cuando el mozo me dijo así, se vinieron pensamientos inquietantes, es decir presentí que esto me podría llevar a un final de me vida, bastante horroroso. Hoy, en día en el mundo en que vivimos, uno no sabe con que loco se puede topar y más, si es verdad que a este chico lo vieron en el barrio de los transas. ¿Como entro ahí?
Fantásticamente estoy imaginado, posibles escenarios cuando inicie la búsqueda de este niño. Antes quiero aclarar, que esto me genera miedo y quizás sea a causa de ver muchas películas de cine noir.  Igualmente, no me quiero detener en esto. Tengo que pensar en reclutar gente pero el problema es, que las posibilidades de acompañantes que se me presentan son pocas. En una época de mi juventud, cuando era bandolero tenía más amistades amantes de los líos. Ahora, la vida me hizo un ser estrecho y parco, poco apto para las aventuras.  Solo me relaciono con algún que otro vecino, que me deja las correspondencias que recibe por equivocación.
Y Todavía sigo sin entender porque estoy en todo esto, solo lo vi dos veces en la vida a este chico y en una de ellas, el maleducado, cuando lo salude me mando al carajo. Bueno, igual me cae mejor que esa vieja mal atendida de su madre. Pero ¡basta! No es momento de hablar mal de la vieja, ahora hay algo que urge. En ese momento, mientras trataba de dejar de lado pensamientos nefastos para con mi vecina, se me ocurrió, buscar en internet una banda que pueda ayudarme a hacer este trabajo pesado. Me senté en la computadora, la cual se encontraba en estado de reposo, moví el cursor y establecí la sesión que dejé. Cuando se me abrió la ventana para navegar en internet, en la barra de búsqueda, figuraba escrito: “tetas”. Pensé, cuando busqué esto, bueh, no importa…proseguí, entonces y puse en el buscador: “Banda de matones por encargo” y enseguida me figuraron varias opciones. Miré varias de las opciones y me decidí por una que se hacía llamar: “vicas pato”. Llamé en ese momento y del otro lado me contestó una voz áspera y bastante maltratada:
-Vicas pato, buenos días
- Buenos días, necesito saber que precios manejan
- y depende de lo que quiera…nosotros los servicios a los que nos dedicamos son: Asesinatos, golpizas y torturas.
- Principalmente, lo que quisiera contratar es un servicio de golpiza
- Ningún problema ¿Cuál fue el inconveniente?
- Un chico secuestrado
- El arancel por estos servicios, aproximadamente le va a costar, alrededor de 4000 pesos. Igualmente, quédese tranquilo que le damos una boleta, por si tiene que hacer algún reclamo.
Hacemos esto, porque tenemos mucha seguridad de lo que ofrecemos pero siempre algo puede salir mal, ¿no?
Solté una sonrisa entre dientes y concreté los servicios. Inmediatamente arreglamos un horario y un punto de encuentro para iniciar el trabajo. Yo también estaba decidido a participar de esta operación. Quedamos, pues, encontrarnos en la estación de servicio que se encontraba a diez cuadras de casa, en media hora; las referencias para el encuentro eran, que yo iría vestido de negro y una bufanda gris y azul y  el que comandaba el grupo, iba a estar con una gorra estilo guerrillera y un ramo de rosas en la mano . A la media hora, entonces, allí estaba yo como habíamos pactado y cinco minutos después, llegó este tipo. Le comenté como venia la mano, más o menos le dije; que era un chico de estatura media, creo que ojos negros, según lo que me dijo la madre, unos pantalones de gimnasia con rodilleras marrones y el guardapolvo. Luego de la breve descripción, agregue que yo también quería estar en la búsqueda y participar. Al tipo, cuando dije esto, mucho no le gusto pero asintió. Me dejó una tarjeta, que decía “Vicas patos”, un horario y un día, cuando termine de ver esto, al principio no entendí demasiado. Quise preguntar de qué se trataba esto, pero este se levanto y se fue al baño, espere un rato hasta que volviese, pero nada de eso paso. De modo que tuve que ir a buscarlo al baño, quizás le pasó algo, pensé. Pero no todo lo contrario, en ese baño no había nadie, así que no me quedo más remedio que esperar y hacer lo que indicaba la tarjeta.
Mire la tarjeta nuevamente, el día era mañana a las diez de la mañana. La ansiedad me subía por todos lados, pero mi vecina de esto no debía enterarse, porque iba a querer venir. Cuando volví a casa trate de hacer el menor ruido posible para entrar. Ya cerrando, dando la última vuelta de llave, siento que me golpean la puerta. Abrí con mi mejor cara de despistado; era mi vecina, por supuesto, que venía a consultarme si tenía novedades. Disimule lo más que pude y zafé, pero fue bastante duro, su cara daban ganas de llorar. La hice pasar, nos sentamos en la cocina y le ofrecí un trago de vino, pero solo quiso agua. Tuvimos un dialogo bastante espaciado y esto hizo que se fuera, mejor dicho, logré que se vaya sin hacer ningún tipo de averiguación extraña. La acompañe hasta la puerta y le dije que si tenía novedades le avisaría. A punto de abrirle la puerta, ella, se abalanzo sobre mí y me abrazo llorando, trate de contenerla y mientras le decía algunas palabras, a esta se le ocurrió mirar para la mesada donde yo dejo los papeles y correspondencias, y vio la tarjeta de “Vicas Patos”. Me preguntó qué era eso y en medio de un tartamudeo, le conteste que era una tarjeta que se había olvidado un amigo. No sé cómo me creyó y se fue.
Con la tarjeta como nuevo mapa a seguir, encaré para donde esta indicaba. Llegué cinco minutos antes de la hora que decía, pero al parecer estos ya estaban ahí desde antes que yo. Se acercó esta especie de líder hacia donde estaba y por lo bajo, me dijo:
- Te estaba esperando. Llegaste temprano.
- Si, lo que pasa que estoy bastante ansioso, quiero encontrar ya a ese chico. Su madre, no puede más.
- Este va a ser el plan: vamos a ir a ese lugar pero vos no vas a entrar, porque no podemos poner en riego tu vida ¡Sabes el agujero que nos comemos! Entonces vas a venir con nosotros, pero te vas a quedar adentro de la camioneta con el conductor ¿estamos? Sino no hay trato.
- Perfecto
Fuimos entonces camino hacia el barrio de los transas.
Continuara…


[1] Persona que comercia y provee drogas 

No hay comentarios:

Publicar un comentario