lunes, 12 de marzo de 2012

El colectivo y sus diálogos[i] Perspectivas de la sumisión burguesa




El colectivo iba demasiado lleno para buscar comodidad, así que tuve que irme hacia atrás por el pasillito angosto que ya estaba desmoronado de gente. Siempre hay un lugar bien en el fondo que te permite reposar del constante tironeo que se le da al pasa mano por las bruscas frenadas del chofer. Como sabia que llegar a casa iba a llevar algo de tiempo, trate de buscar distracción con un libro de Horacio González, que trataba sobre Roberto Arlt, al principio leía un poco desganado porque estaba algo cansado pero al poco tiempo la lectura encauzo un ritmo considerable y permitió que el viaje se me hiciera menos arduo. Casi llegando al final del libro, levante la mirada y el colectivo ya estaba empezando a vaciarse, de modo que como todavía faltaba media hora para llegar, me senté en unos de los asientos que estaba cerca del conductor y continué con la lectura.
La concentración que venía teniendo empezó a disminuir cuando escuche la voz del chofer que comenzó a hablar con una de las pasajeras. Trate de mantener la atención en el libro pero me di cuenta con el correr de las paginas que ya había perdido el hilo de lo que estaba leyendo, ustedes se preguntaran por qué, esto fue a causa de la conversación de la pasajera y el chofer que por razones inevitables no pude dejar de escuchar.
Chofer: ¿y cómo andas, como fue tu día?
Pasajera: Bien, bah, estoy un poco mal porque discutí con un amigo que me dijo materialista
- ¿Por qué te dijo eso?
- Yo creo que si te digo por qué, vos también vas a pensar lo mismo, porque todos me mal interpretan.
La discusión se dio porque él me decía que era muy exigente para buscar un hombre, y yo básicamente lo que le dije fue, que a mí el hombre me gustaba independiente, es decir que tenga su autito, un laburo, que estudie y que no viva con sus padres.
- Bueno a decir verdad, no sé si te mal interpretan o es lo que das a pensar. Lo único que te puedo decir, es que entonces un buen novio para vos seria yo, tengo mi laburo, me estoy terminando de construir mi casa…
-Si puede ser, pero no pierdas de vista que también me tiene que gustar el tipo, más allá de todo lo anterior que te marque.
- Si eso es verdad, no es que yo me haya querido lanzar hacia vos, lo que te quise decir fue que un tipo como yo se podría postular a algo con vos.
- Postular me suena a sitio de búsqueda laboral, jaja….
Lo que más me enojo de mi amigo fue su falta de comprensión, no me puede decir materialista. Lo único que plantee fue que quiero una persona al lado con la que pueda vivir bien, es decir que podamos tener conversaciones de muchas cosas, yo por ejemplo te puedo de hablar de arte, música, política y cultura.
- Si te entiendo, yo en ese sentido te puedo seguir la corriente, porque también puedo hablar de varios temas. A mí por ejemplo, me gusta tocar la batería pero ya deje esa etapa de la “musiquita”, eso es para gente que todavía no ha podido darse cuenta de que es lo que se necesita para vivir. Yo estaba tocando con mis amigos todos los días de sala en sala, hasta que me di cuenta que estaba perdiendo el tiempo.
Date cuenta, somos bastante a fin con los pensamientos, en lo único que no estoy de acuerdo con vos, es en eso de que el hombre tenga su “autito” o estudie, me parece que no es necesario. Lo ideal es tener una persona al lado que te apoye y te quiera, con esto quiero decir por ejemplo, un día estoy viviendo en pareja y una noche no se puede comer determinada comida, me gustaría que la persona que este al lado mío lo sepa entender.
- Ah no, yo no podría, ves yo me refería a eso con vivir bien. Para mi comer bien es muy importante, hay cosas que yo no me puedo permitir que falten, no sé; un buen vino o carne, en mi mesa tienen que estar todos los días.
- Ahí es donde te estás equivocando, a mi no me molestaría eso, si hay amor de verdad. No me importaría si la persona que está al lado mío es cartonera y no tiene los mismos ingresos que yo o si no se puede comer carne todos los días.
- Ay a mi sí; primero que yo no me fijaría en un cartonero, no podría vivir todos los días manteniendo a un vago, porque en su vida no tuvo suerte o no se preocupo por crecer como persona. Segundo, que me daría asco tocarlo, creo que estaría todo el tiempo mandándolo a bañar. ¿Te imaginas una noche llega de “cartonear” y me quiere dar un beso? Desde ya no lo soportaría.
¡Ay, te juro que no podría por más que me quiera mucho!
- Entonces te recomiendo que te cases con un robot, ahí sí que no vas a tener problemas.
- ¡No, tampoco eso!...Te das cuenta, me mal interpretaste. Me pasa lo mismo con todos los hombres con los que hablo. ¡Nadie me entiende!
- ¿Vos tuviste pareja alguna vez?
- Si lo que más dure fueron ocho meses. Estuve con un músico, era tierno pero viste que los músicos están con esa “boludes” de que son sensibles y que se yo…
- Si, eso es verdad, es un poco molesto. Todos tenemos problemas y no andamos llorando por los rincones.
- Si totalmente, este era terrible por ahí nos abrazábamos y se ponía a llorar, no sé, me parecía una situación bastante incómoda, al principio trataba de contenerlo como podía pero después las otras veces ya le decía, “che boludo para de llorar pareces un maricon”.
La charla creo  que duro mucho más, en un momento pensé en no bajarme para seguir escuchando pero después me arrepentí y me baje en mi destino. Caminando hacia a mi casa con la conversación en la cabeza, entendí que algo estaba mal en mí, no estoy cumpliendo con el estereotipo de hombre buscado en la sociedad, ¿me estaré quedando fuera de onda?



[i] Este relato está basado en una conversación que presencie en el colectivo 56, entre el chofer y una pasajera.

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